LA EDUCACIÓN ANTE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN
La
educación tiene una doble misión respecto a los medios de comunicación: saber
aprovechar los recursos didácticos que ofrecen y capacitar a los alumnos para
la recepción y asimilación correcta de los mensajes que dichos medios
transmiten. Resulta difícil comprender, orientar, ayudar al alumno de nuestros
días si lo consideramos totalmente aislado del ambiente cultural en que se
mueve. La escuela ha de tender a integrar a los alumnos en la cultura de su
tiempo y de su ambiente para, al mismo tiempo, hacerlos capaces de enriquecer
esa misma cultura.
Los
avances recientes y continuos, de los procesos de la integración de las Nuevas Tecnologías
están en situación de facilitar un cambio significativo en la propia naturaleza
del sistema de educación a distancia. Lauzon y Moore, argumentan que tal
evolución debe implicar una nueva producción de medios, responsabilidad que
debe recaer sobre los docentes.
A mi
entender y siguiendo modelos de amplia expansión, el futuro de la televisión,
la radio, el videotexto, los servicios de teleconferencia y otros medios
telemáticos, constituyen algunas de las herramientas imprescindibles al
servicio de la educación, y que han dado un giro hacia la investigación, la
interactividad y la descentralización o convergencia. En muchas ocasiones se
utilizan los medios para mejorar la imagen pública, pero el problema es el de
estudiar la combinación de medios más adecuados para cada situación. Los
avances de las tecnologías de la comunicación permiten romper el hielo y la
distancia física, mental y psicopedagógica entre productores y consumidores,
proveedores y usuarios.
Años
atrás, hablar de herramientas para la educación, en su sentido más general, nos
lleva a identificar bajo esta denominación fundamentalmente al cine, la
televisión y el vídeo. Es decir, las principales manifestaciones de la imagen
sonorizada en movimiento, constituyendo un campo lógico de trabajo, pero desde
una perspectiva más global resulta prioritario centrarnos en el carácter
transformador desde un punto de vista social.
Estamos
pasando de la era de la reproducción mecanizada a la de los sistemas
cibernéticos; basándose en la capacidad de manipulación de las imágenes y
sonidos que aportan técnicas como la digitalización, estamos asistiendo a unos
cambios tecnológicos que producen unos efectos que inciden claramente en
nuestras percepciones culturales y vivenciales. La capacidad para elaborar
imágenes y documentos mediante procedimientos cada vez más sofisticados, y al
mismo tiempo cada vez más asequibles, ligada a una creciente dependencia de la
información está contribuyendo a una transformación de nuestra manera de
concebir el mundo.
Situándonos
en el terreno educativo es evidente que, a semejanza con lo que está ocurriendo
en el conjunto de las sociedades modernas, debemos hablar de diferentes
concepciones y de distintos roles formativos a desempeñar por estas
herramientas, lo que implica asignarles un mayor protagonismo en relación con
lo que ha venido reflejando la tradición escolar sobre esta cuestión. Resulta
fundamental que las instituciones educativas nos formen con una capacidad de
criterio que nos permita discernir y aplicar valoraciones críticas sobre la
información que nos llega.
El
uso pedagógico de estas nuevas herramientas en la educación requiere algo más
que buenos diseños y proyectos, su finalidad real es proporcionar una enseñanza
innovadora, no convirtiéndose en finalidad por sí misma, sino consecuencia de
decisiones tomadas a partir de una determinada manera de concebir y llevar a la
práctica la enseñanza.
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